MI HABANA
Para Martín y los que como el enfrentan el talento ante la ira de lo absurdo

Ahí estás Habana mía, sin rendirte, sometida ingenuamente al cruel comercio. Sin vacilar nos entregas tu abrigo casi en ruinas, tus peldaños de esperanza gastados por los pasos en círculos de explotadores que traspasan el poder como un batón. Amordazados arquitectos que con mil planes para ti, agonizan ante la cirugía inevitable del trasplante, al quererte bella y vigorosa, limpia y escurrida de lo obscuro y de lo absurdo, sus líneas dividen lo indicado de correcto, lo deseado, de lo acordado en un contrato. Mi Habana si supieras cuanto sufre aquel que día a día te dibuja otros contornos aquel que sangra coloreando tus vitrales, aquel que planifica aun sabiendo que lo contradicen. Aquel que al esculpir un parque en tus espacios debe bautizarlo con un nombre de lo lejos quizás queriéndote llamar Amelia, Mariana, Zaida o Cuba deba nombrarte Barcelona. Mi Habana no nos mires con recelo que a tu par sufrimos el legrar de tus murallas, no nos culpe por cazar albatros que sin nido posan su apetito en tus tejados, no nos culpes por dejarte, quizás tu seas también culpable.